Tragedia Urbana



Tragedia Urbana.



Viendo al cielo desde el octavo piso esperando ver una señal a lo lejos que me diga que realmente estoy vivo, ni una llamada, ni una palmada de aliento, ni la sonrisa que a diario traía tatuada y en mi rostro, sin ganas de seguir, solo aventarme al vació y no saber de nada, solo en las alturas, queriendo gritar desahogarme, renegando de esta mísera vida que hoy en día vivo… Donde están los amigos, me encuentro solo, encerrado en esta realidad fría y oscura, intento ver mas allá de los edificios de enfrente, pero solo logro ver gente sentada, frente al televisor, como hipnotizados por su amargura, los niños llorando, hambrientos, mal olientes y descuidados por las madres que ocupadas en sus quehaceres, que olvidan en veces lo esencial que es estar con ellos, y de lo rápido que pasa el tiempo, y que en un pestañeo, están grandes y en otro, ya están formando sus propias familia. Viento frió que se cuela entre las cortinas, de cada departamento, y yo con la vista perdida, mis mejillas entumidas, ya sin poder sentirlas, trato de abrazarme para mitigar este frió que del norte llega, arrasando y helando todo a su paso, pero no se que sea peor, si sentir este frió o el vació que hoy llena mi alma y marchita mi vida. Los árboles secos, con las hojas en el suelo, así como yo con mis esperanzas perdidas, mi pelo agitándose por las fuertes corrientes de aire, inquieto y revoltoso, como alguna vez lo fui yo, todo lleno de vida intentando comerme al mundo, lleno de sueños y de fantasías, que hoy de pronto, solo hay nada, están perdidas, donde quedaron me pregunto, esas alegrías, esas rizas, esas compañías que llenaban a diario mi vida, a donde se fueron… ¿Dónde están? Hoy solo hay nada, solo este largo rato, viendo al frente, sin respuestas, solo con el recuerdo de una vida pasada, que hoy quedo muy atrás y que tal vez, solo tal vez, nunca vuelva, intento mitigar este dolor disfrazándolo con el No pasa nada, con una falsa sonrisa prestada, pero que realmente no es mía, como careta ya usada y raspada por el mal uso, con lagrimas en los ojos, gritando de desesperación y pidiendo ayuda, imaginando una vida que pudo ser mía, pero que debido a circunstancias ajenas solo vi pasar de largo y agachando la cabeza opte por dejarla ir y creyendo falsamente que vendría otra nueva oportunidad y que esta vez no desaprovecharía, pero valla que ha pasado mucho tiempo y aun no la veo venir, no sé si este retrasada, por el trafico de esta gran ciudad o simplemente se arrepintió y ya no volverá a pasar, intento sentarme al filo de esta azotea, tratando de apreciar lo poco que queda de lo que era este vecindario tranquilo, con los pies colgando y como atraídos por la gravedad incitándolos a arrojarse, intentando volar, escapando de esta incertidumbre e inquietud, de esta desesperación, de sentir como flotan junto con este cuerpo marchito al ir cayendo por cada uno de sus ocho pisos, solo cerrar los ojos, tratando de soñar e imaginar todo menos este mundo que hoy ya no quiero y de cual tanto reniego, ni mis peticiones, ni mis rezos, ni mis buenas acciones, todo lo que he hecho… Y que al parecer no tiene valor, ni puede ser canjeable por una mejor vida, ni por un solo momento de alegría, en compañía de los que hoy ya no están y que tal vez ni en su memoria yo exista… Solo me queda esperar el impacto y tal vez pase a mejor vida.

Comentarios