Prueba de amor involuntaria.

Prueba de amor involuntaria.

Sueño turbio, claro oscuro y sereno, a punto del bullicio y la desesperanza, riachuelo inquieto, con arbustos serenos, y hojarascas cayendo, árboles nerviosos sacudidos por el tempestuoso viento, carcajadas siniestras, obstruidas por las ramas.

Niños jugando a la orilla del río, mojando cada mejilla, inquietos y burlones de la vida, ajenos al peligro que acechaba sus vidas, ignorantes de lo que pudiera pasarles, uno en un extremo y el otro al otro lado, aventando gotas de agua al viento quien con su fuerza devastaba y convertía en leve brisa, cayendo sobre ellos, haciendo inolvidable el momento llenándolos de alegría.

De pronto esa nube gris que fugazmente llego cubriendo cada rincón que el sol con sus calidos rayos tocaba, haciendo oscuro y frío el lugar, opacando aquel vello momento de aquellos felices niños, callando los tiernas sonrisas, para transformarlas en serios rostros, preocupados, por la tempestad que de pronto se postro ante sus miradas, un fuerte estruendo se dejo oír, muy cerca de los frágiles cuerpecillos húmedos y temblorosos por el helado frío, angustiados, por como llegar nuevamente a su casa, pues el riachuelo era ya un enardecido río.

El mas pequeño ahogado en llanto, y con lo brazos cruzados, no perdía de vista a su hermano, quien valientemente le gritaba, no tuviera miedo, ni la fuerte lluvia, ni el hiriente frío, y ni el enloquecido río impediría salvar a su hermano y llevarlo a salvo.

Viendo al frente intentando cruzar, al pisar una roca resbaló perdiendo equilibrio y además unos de los guaraches, que viejo y  roto estaba, pero eso no lo detuvo, así que importándole poco, se quito el otro, y busco otra opción para llegar hacia su hermano.

Fuertemente y a todo pulmón grito se hiciera para atrás, el pequeño niño haciendo caso se retiro y sentó de bajo de un árbol, esperando al hermano, tembloroso y lleno de dudas, ojos llorosos y aprendiendo de la situación.

El hermano mayor se alejo rápidamente resbalando entre el lodazal que se formaba tratando de evitar charcos y procurando ir lo mas rápido que podía, en su mente solo estaba la mirada de su hermano, corrió río arriba, recordando que mas adelante había un medio tronco hueco que en ocasiones usaban como puente, largo se le hacia el camino, no veía hora para llegar, cada minuto que pasaba era vital para ambos, ya llegando al punto se topo, con unas ramas secas que impedían el paso, pero el no tenia tiempo para hacerlas a un lado así que paso sobre ellas, una traicionera pincho una de las plantas del pie del acelerado niño, introduciéndose profundamente, quebrándose por el arrebato del dolor al sentir como se hundía, quedando la punta dentro, y aunque era fuerte el dolor y mucha la sangre que derramaba, no hizo masque soltar una lagrima y seguir avanzando, preocupado por el hermano que solo estaba, y el peligro que corría.

Siguió avanzando, aunque ya un poco mas lento, doliéndole cada paso que daba, cruzo cautelosamente, subió al tronco agarrado con ambas manos, poco a poco llegando al otro lado. Un gran alivio sintió al verse ya del otro lado, pero aun tenia que llegar con su hermano, decidió darse prisa a pesar del dolor que sentía en su pie, avanzo lo mas rápido que pudo, dejando un rastro de sangre que se diluía con el agua que caía, mientras tanto su hermano menor, temblando, preocupado por su hermano y con lagrimas en los ojos volteaba a todos lados intentando encontrarlo, de pronto y para incrementar su temor, un ruido alcanzó escuchar que provenía de la parte de atrás de árbol, que hacia servido de protección. Dejándolo inmóvil, y con ojos bien abiertos, mas asustado de lo que ya se encontraba, poco a poco fue escuchando como unas pequeñas pisadas se acercaban hacia el, sigilosamente, todo inmóvil e inerte petrificado, se puso de pie, y opto por ver de que se trataba, lentamente fue asomando su cabeza para ver de que se trataba, cuando para su asombro, vio que era solo un cachorro que andaba vagando, en busca de comida, con un lazo roto en su cuello, todo empapado, el pequeño sintió un gran alivio al verlo, el cachorro al oler el miedo del pequeño, comenzó a mover la cola, bajando las orejas junto con la mirada, acercándosele, inspirándole confianza, agachándose retomando su posición. El cachorro se acerco poco a poco al pequeño igual o mas temeroso que el, buscando una caricia, llenando de alegría el triste rostro del niño.

Opto por abrazarle encontrando el consuelo que ambos buscaban, pocos minutos estuvieron solos, cuando en medio de la tormenta a lo lejos logro distinguir una silueta humana que se aproximaba cojeando, al irse acercando logro ver que era su hermano, abruptamente se enderezo y salio a su encuentro, y el cachorro detrás de el, recibiéndolo con un fuerte abrazo y ambos soltando el llanto.
                                                              

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