Encuentro con el Arte


              Es increíble que esa tarde y entre toda esa gente que pasaba por mi lado y que distraía mi mirada, tu esencia sobresaliera y que entre todas esas miradas la tuya llamara mas mi atención; creo que ruborice un poco al ver que me veías, No se si realmente llamaba tu atención o solo era cortesía, siempre tan galante, tan propio, tan pulcro, tan guapo e irresistible, tu presencia se notaba y mas cuando vi, Que tu caminabas hacia a mi, no hallaba si correr o fingir que no pasaba nada e intentar hacerte creer, que no me había dado cuenta, con toda premura aceleraste el paso, tras de mi….yo de reojo fingí no ver, e intente escapar de tu intención, pero la misma gente que pasaba me lo impidió; así fue como lograste alcanzarme, hice como que no note tu presencia y vi un aparador, tratando de engañarte, pero por el cristal miraba que no dejabas de observarme, mi nerviosismo era notorio, no hallaba si correr o preguntar tu nombre, con tu mano en tu boca y haciendo un sonido medio raro para llamar mi atención, lograste que por unos segundos volteara a verte, vi. rápidamente, pues no lograba aguantar sin ver tu mirada, tan profunda, calida y trasparente, por fin y acabo de unos minutos te animaste a preguntarme por mi nombre. El nerviosismo y fuerte latir de mi corazón emocionado y asustado por no saber si decirte mi verdadero nombre o solo fingir que soy pedro; un chavo normal, en un encuentro ocasional, en busca de un momento…

Termine por decir mi verdadero nombre…


Soy Alejandro, aunque mi voz se quebrantaba al decir cala letra, no podía verte a los ojos sentía como tu mirada desnudaba mi alma, no pude decir nada mas, saque el celular para ver la hora y fingí que era tarde, que me tenia que marchar, solo dije mucho gusto ojala y nos volvamos a encontrar, tu atónito, sin darte cuenta que ocurría, me pediste mi numero yo con tanta prisa y por el mismo nerviosismo no se si el que te di, fue el correcto, pero tu sin dudar de mi palabra lo anotaste y dijiste yo te hablo espero no te importe y espero no molestar, No te preocupes dije yo ya en marcha, hasta luego…


Y valla si hay ironía en esta vida y demasiada casualidad, era ya fin de semana, cuando recibí un extraño mensaje de un numero desconocido, que decía; Hola que tal, espero no molestar, solo saludando deseándote un bonito día y también para saber que harás mañana?, es sábado y no me toca trabajar… firmaste con tu nombre; como olvidar.


Inmediatamente guarde el numero y respondí el mensaje, trate de hacerme el interesante; pero la verdad es que no hallaba que decir, solo dije pues bien aquí descansando y pues mañana también lo tengo libre. Y lo mande.


Más tardé yo en pensar que responderte cuando entro un segundo mensaje invitándome a comer, a medio día, para charlar y conocernos más. No lo creía, era demasiado bello para ser verdad, pero aun así me arriesgue y termine aceptando. Quedaste de pasar por mi, en un lugar especifico, esa noche no pude dormir, no hallaba que pensar, me daba miedo y preocupación, temía equivocarme, nuevamente ilusionarme y fallar.


Recuerdo que esa mañana no se si fue la mas corta, pues el tiempo voló cuándo menos me di cuenta ya era tarde, no tardabas en llegar, yo con media hora de anticipación y ya en el lugar, listo para tu llegaba, no dejaba de pensar, me cabeza daba vueltas, un pensamiento traía otro, y entre tanto ajetreo llegaste al lugar, lo primero que vi y llamo mucho mi atención fue tu sonrisa, tan sincera, tan pura, tan varonil, me invitaste a subir a tu camioneta, el traicionero nerviosismo me impedía abrir la puerta, se me dificulto un poco, hasta que tu galantemente me apoyaste y logre subir, eran verdaderos tragos de saliva los

que pasaba uno tras otro, por fin me anime y te vi a los ojos, eran pequeños, con ceja tupida, muy brillantes y coquetos, tu al notar que te veía a los ojos, con tu mano tocaste uno de ellos y dijiste que tus ojeras se debían a un trabajo de escuela que no te dejo dormir a tus horas, solo sonreí y no dije nada, pero la verdad que no lo había notado, pues solo veía que me gustaban, seguiste conduciendo y platicándome de tu trabajo, de tu escuela y de lo que tanto te gustaba, a cada palabra que decías mas interés le tomaba. Cuando menos acorde ya íbamos lejos, desconocí el lugar y pregunte que en que parte andábamos, tu como todo un guía turístico, lograste ubicarme, y aparte me dijiste que ya íbamos llegando a nuestro destino, pregunte a donde, y solo mencionaste que para ti era un lugar mágico, y que querías que yo lo conociera, esa expresión me tranquilizo un poco y me dio confianza, por fin llegamos; al no encontrar estacionamiento cerca quedamos retirados, pero bajamos y caminamos hasta llegar una pequeña puerta negra, nos detuvimos y sacaste unas llaves, abriste y me invitaste a pasar, nuevamente mi corazón acelerado, por el nervio y el deseo de conocer mas, pregunte donde era ahí, y solo dijiste bienvenido a mi guarida.

Prendiste la luz que iluminaba opacamente una escalera larga escarpada y delgada, con escalones muy cortos, que subían a una segunda planta. Al final se notaba un candil rustico, hecho con bombillas de cristal y bajo el, una pequeña cantina de madera, llena de recuerdos que iban desde monos, figuras, cuadros y piedras. Encima muchas botellas añejas que iban desde tequila, whisky y Ginebra, unas ya abiertas y otras aun sin inaugurar, en la pared muchos cuadros de diferentes países y etnias, a mano izquierda una pequeña sala iluminada con una gran lámpara blanca, al frente se veía un pequeño comedor y al fondo una puerta que llevaba a la cocina y mas adelante al baño y si seguías te llevaba al patio trasero que estaba comunicado con un pasillo lateral que llegaba nuevamente a la sala. Todo era mágico realmente lleno de arte y cultura, en la pared del el frente del comedor toda una colección de cruces y crucifijos, unos rústicos, unos labrados, unos muy complejos, otros no tanto, uno llamo mucho mi atención, era uno que estaba al centro muy al estilo “Botero”, era un cristo gordito, muy rozado de piel, no muy grande, no muy chico.



Al girar a mano izquierda una habitación oscura donde se alcanzaba a apreciar un tripie con una hermosa pintura, como hipnotizado di unos pasos hacia el cuadro entrando por la habitación, tu me seguiste y prendiste las opacas lámparas que iluminaban el cuarto, pregunte quien era el autor de tan hermoso cuadro, ruborizado bajaste la mirada y asumiste ser el autor, Yo incrédulo, te insistí me digieras realmente quien lo había pintado, nuevamente afirmaste ser el pintor, y comentaste viera la firma, cuidadosamente me acerque y vi. Que realmente tenía tu nombre como firma, lo cual me sorprendió mucho, pues tenías talento y mucho más interés despertaste en mí.

La habitación enorme con un ventanal cubierto con una cortina gruesa al estilo colonial, no dejando que la luz penetrara. Al centro una cama enorme, cuidadosamente arreglada y repleta de cojines, de diferentes tonos perfectamente combinados unos con otro, una cabecera tallada en madera en tono chocolate y a los lados unos buros que armoniosamente hacían juego, luego de un rato de estarme contando de cada uno de los detalles de la habitación, me percate de que estaba cubierto el piso con alfombra, como cuarto de ensueño, calido y tranquilo. Una vez que me percate de el lugar donde nos encontrábamos, mi nerviosismo nuevamente se hizo presente, empecé a tartamudear y hasta una gota de sudor bajaba por mi frente, por lo cual opte por pedirte saliéramos a la salita, el pretexto; que hacia calor. Tu inmediatamente me cediste el paso, y Salí, me ofreciste que tomara asiento, mientras preparabas algo para tomar mientras tu ibas a un Frigo bar, yo no dejaba de observar cada detalle a mi alrededor.

De pronto regresaste con dos vasos, casi llenos; sudaban de fríos, me comentaste que era una bebida que te habían enseñado a hacer en uno de tus viajes a Cuba; lo cual nuevamente me sorprendió, mas no quise indagar en el tema, comportándome indiferente cambie platica. ¿a que te dedicas? pregunte...


No me lo vas a creer aun sigo estudiando y en mis ratos libres ayudo a mi familia en los negocios. No me dejabas de sorprender y mas curiosidad entro a mi;  a partir de ese momento no deje de preguntar, una pregunta tras otra llegaba a mi mente, quería saberlo todo, mas no quise verme muy obvio y trate de ser paciente y preguntar periódicamente. ¿Y que estudias?


Pues como te darás cuenta me gusta mucho el arte y los objetos viejos y coleccionables, reestructuro objetos, ya sean cuadros, vasijas antiguas, y una que otra cosa que en las excavaciones se encuentran y que datan ya de algunos años. Dando un trago a mi bebida, muy refrescante y con un toque de hierbabuena, te seguía escuchando tratando de visualizar todo lo que me explicabas. Mira por ejemplo; mencionaste, ves ese cuadro que esta ahí, recuerdo que se encontraba en una hacienda vieja, que estaban por demoler, nos pidieron al grupo donde estudio que fuéramos a revisarlo para ver que objetos podríamos encontrar y que pudieran ser rescatados, digo; al final ya sabíamos que no encontraríamos mucho, pero era parte de nuestro trabajo.  Hubieras visto la hacienda, yo creo que pertenecía a un hacendado de mucho dinero ya que era muy grande, grandes pasillos y enormes jardines, todo muy descuidado y seco por el tiempo, terroso y lleno de grietas realmente ya no era rescatable y si, representaba un riesgo, pues estaba a punto de caer.  Total nos adentramos y nos dividimos en grupos, era como una competencia, muy padre la verdad, pues total no encontramos mucho... Pero yo veía que estaba ese cuadro que colgaba en uno de los pasillos descuadrado, y con humedad, nadie le hacia caso, pues como estaba al acceso de todo mundo, todo mundo creía que ya lo habían revisado y que no tenia valor alguno.


Total a mi me llamo mucho la atencion, pues la imagen no era muy clara, y decidí poner a prueba mis conocimientos para ver que tanto podría rescatar de la imagen aunque no tuviera valor, todos se burlaban pues solo se trataba de un cuadro, al parecer no se percataron que entre la humedad y el polvo, estaba esa imagen que data ya de varios cientos de años, aproximadamente del siglo XV, y tiene un buen valor monetario, y mas porque yo en mi afán por aprender; logré, reestructurarla y dejarla casi como nueva, pero bueno ya no te quiero aburrir, ¡exclamo!. No te preocupes, que creo que me empieza a gustar la historia y sonreí.


Bueno, y pues ahí esta; ve, la verdad me gusto mucho a pesar de los años, parece que el tiempo sobre ella no ha pasado, conservándose aun en perfecto estado; pero bueno ahora cuéntame de ti; Me quede helado, no hallaba que decir, realmente mi vida no es ni aventurera, ni interesante, ¿que digo?, No salgo ni a bares, si acaso solo a centros comerciales...¿que le diré?...


Sin dudar me hice el interesante, tratando de llamar mas tu atencion, pues me gusta, leer, escribir y viajar, salgo fines de semana, en eso me interrumpes para preguntar, ¿Que bares frecuentas?, me quede atónito, no sabia que contestar, mucho mas nervioso me puse, y nuevamente el sudor se hizo presente, me quede callado unos segundos, que para mi fueron largos, solo veía tu rostro de que no comprendías que sucedía; no me quedo mas que decir la verdad, como resistirme a esa tierna mirada, y a tu intención tan clara y transparente que has tenido con migo al contarme parte de tu vida; no tendría forma de mentirte, así, que baje la mirada y asumí que estaba mintiendo. La verdad es que no salgo; salgo del trabajo y llego a casa, me encierro y ya no salgo para nada, osea que tampoco escribes; preguntaste; NO, eso si, realmente me gusta mucho escribir, ¿Y que escribes?, pues; un poco de esto, un poco de aquello exactamente no se, es una sensación rara, solo siento el deseo de escribir, agarro mi lap, y empiezo, cuando termino, lo leo y quedo satisfecho con lo que pongo en cada palabra, es mi forma de desahogarme, mi forma me viajar, no tengo limitaciones, mi fantasía es mi material y mi lap mi instrumento.


Sonreiste y no dejabas de verme, tu mirada profunda y serena, cuando menos pensé, tus labios estaban cerca de los míos, no se como sucedió, estaba tan perdido con tu mirada, que no me di cuenta que te acercabas, tus labios rosaron los míos, y solo me diste un tierno y sincero beso, inmediatamente reaccionaste, te hiciste para atrás y arrepentido y abochornado pediste te disculpara, mi cabeza daba vueltas, fue tanta la impresión, que hasta un pequeño mareo me dio, lleve mi mano a mis labios, levante la vista y te dije que no había problema, que no te preocuparas, sin mas, te agadeci el momento tan agradable que pase ese día, me levante y dije que me tenia que marchar, mi cabeza no tenia concentración ni enfoque para seguir en la charla, pero, ¿como?, preguntaste, tan rápido, hice como que vi el reloj, todo nervioso y muy torpe, si, asumí, me tengo que marchar ya es muy tarde.


Recuerdo que insististe tanto en llevarme, pero no lograste convencerme, solo te pedí me acompañaras a la puerta, pues me tenia que ir, sin contradecirme aceptaste, y nuevamente diste las gracias y pediste disculpas, no fue mi intención incomodarte, calcaste.


Recuerdo que nos despedimos con un abrazo, muy sincero, tu perfume, se hizo presente entre el cuello de tu camisa a rayas, muy fresco, sin mas que comentar me di la vuelta y te dije,  luego nos vemos...

En todo el trayecto a casa no dejaba de pensar en ese momento tan maravilloso, esa imagen bloqueó todos mis sentidos, el recordar tus labios tibios, en los míos, me hizo nuevamente sonrojar, quería volver a verte, quería regresar, mas sin embargo ya iba lejos y nunca mencionaste donde vivías.

A la mañana siguiente al despertar, la primera imagen que tuve, fue tu rostro, mas sin embargo no quise darle mucha importancia pues tenia que trabajar, tenia una importante junta y debía estar concentrado. como siempre me levante y desayune, todo normal, después un relajante baño, cuando ya me estaba cambiando decidí ver la hora pues ya era tarde, y vi que tenia un nuevo mensaje, por mi mente nunca paso, de que se trataba de ti, decidí abrirlo pues creí que se trataba de alguien de la oficina, al verlo nuevamente mi rostro se ilumino y la sonrisa se hizo ver, al ver que me deseabas buen día, y dándome las gracias por el día de ayer. Nuevamente mi afán por hacerme el interesante, solo respondí dándote las gracias y deseándote lo mismo, y decidí seguir con mi día. Recuerdo que fueron varios mensajes en el transcurso del día, no pasaba una hora cuando llegaba uno nuevo, en un rato que tuve libre respondí uno de esos, pidiéndote disculpas por no contestarlos en su momento pero que el trabajo me traía muy ocupado, respondi a una de las preguntas que mandaste en uno de los mensajes, solo dije que si, que nuevamente me gustaria salir contigo, pero que luego nos pondriamos de acuerdo, sin mas, esa misma tarde yo me puse en contacto llamando al celular, poniendcon ansias espere la tarde-noche a nuestro encuentro.


Sali a toda prisa, no queria llegar tarde ni mucho menos hacerlo esperar, sin darme cuenta sali demaciado temprano, tanto que alcanse a recorrer el lugar, visitando tiendas y viendo que poderle regalar, 





=CONTINUARA=

Comentarios