Tu mi dolor
Ahora
que me invade la intranquilidad y la desesperanza, y retorna esa fantasía de
hacerte, tú en mí, dueño y señor, creador de este y aquel mundo que a ambos
perteneció.
Recordando
ese daño que lograste en mí… Al marcharte tú, junto con mis sueños y futuros huecos, llenos de rizas
y añoranzas, dejando mi cuerpo y mi alma heridos y marcados, sin cura alguna.
Postrado yo en el suelo sin fuerza alguna, suplicando e implorando tu regreso,
con el puño alzado, intentando alcanzar esos recuerdos que poco a poco de
desvanecen en esta cruel realidad que hoy es Verdugo de todo este dolor que hoy
siento.
Noche
a noche es larga mi agonía, mis ojos ya secos por el triste recuerdo, que me
arrebataste al alejarte de mí y lamentando el no haberte aprovechado e
intentando traerte nuevamente con el calor de mi cuerpo. Engañándome,
aferrándome a la idea de que volverás, sobreviviendo a esta soledad, y al frio
de mi cama, creyendo que aun eres mío.
Te he perdido, y locamente yo me pierdo en
la desesperanza y en la loca idea de aun sentirte; al oír tu respiro a diario
por las noches, sollozando mi nombre a mi oído, y recorrer mi piel ese
escalofrío que quedo grabado en cada poro, en cada espacio de mi piel.
Comentarios
Publicar un comentario